Tu y sólo tu

No necesito venas pues ya soy agua; no me hace falta sexo pues ya me he convertido en fuego; probablemente no me sientas pisar pues soy tierra y el viento...es lo que convierte mi figura en un reflejo.

Sólo una cosa me mantiene en este mundo, tu.



Me hablas con la mirada y me sorprendo al saber lo que piensas, al dejar que tus labios conviertan en palabras algo que ya dabas por supuesto y, que yo, no sabía. Me inquietas cuando tus manos acarician mi pelo, me calmas cuando, por fin, puedo dormir en tu pecho. Me gusta que hayas comenzado a explicar tus sentimientos, me encanta que hayas decidido que soy yo.

Sé fehacientemente que hice el estúpido, que abrí la boca sin saber y que te mentí; engañarme a mi misma es algo a lo que, incluso, me he acostumbrado.

Por el miedo a perderte, me cerré;
por el miedo al daño, te engañé;
por el miedo a todo, escapé;
porque eres tú, he decidido volver.

Por fin hemos conseguido explicarnos,
por fin hemos decidido dejar al mundo de lado;
por fin he conseguido dormir abrazándote,
ahora comienza lo realmente complicado.


Yo di un paso;
tú has dado el realmente importante;
no quiero complicaciones banales,
sólo intento no agobiarte.