miércoles, 29 de febrero de 2012

Estados unidos de Lucía

Lucía volvió a levantarse después de aquella noche horrible, Magda no había dejado de gemir y ella no había podido dormir. Se duchó, vistió y salió a la calle; mientras salía Magda le preguntó algo, pero no sabría decir qué. Al salir fue sin rumbo dejando que los sonidos de su alrededor la guiaran por el entramado de calles, sin querer escuchar nada ni a nadie pero atenta a lo que sucedía. Se encontró sola, perdida, tal vez vacía y no podía hacer nada, estaba paralizada en medio de una calle, con gente zarandeándola a su paso; quería gritar y no podía; impotencia.

Las lágrimas caían por sus mejillas y, sin embargo, nadie podía verlas, tal vez tampoco la vieran a ella. Comenzó a llover y la gente se dispersó pero ahí, inmóvil, siguió llorando. No sabría concretar el tiempo que pasó allí de pie, como una estatua callejera bajo el manto de lluvia; seguramente sintiera que por fin alguien la veía, la más grande de las grandes, el más azul de los azules lloraba junto a ella; empatía.

Volvió a salir el sol pero ella no se fue, rotó para que el sol pudiera secar una cara, de repente, cuarteada por el paso del tiempo. Envejeció en tan sólo dos horas lo que el resto de los mortales tardamos cuarenta años; se palpó y se miró las manos, no se sorprendió al ver que era una señora; vejez.

Se acercó un hombre y le preguntó:
- ¿Quiere que la ayude? Parece desorientada.
- No, muchas gracias. - Su voz se había tornado temblorosa, se dio cuenta entonces de que su ropa no coincidía con su edad, levantó la cabeza para ver al hombre que le hablaba, no le había parecido joven, allí vio al Señor Arturo; incredulidad.

No sabría decir si el Sr. Arturo reconoció a Lucía o no, pero la ayudó a sentarse en un banco próximo; al sentarse se cayó una libreta y el caballero la recogió, fue entonces cuando asumió lo que tenía delante, Lucía había envejecido, tal vez tendría su edad, él si se sorprendió y empezó a preguntar sin dejar lugar a la contestación; curiosidad.

- Te quiero - dijo Lucia - desde que te conozco te he querido por dentro, me da igual lo que los demás digan o piensen, yo te quiero a ti. AMOR